Afilado de Cuchillos y Navajas (versión 2.0)


Breves Instrucciones para el afilado de un cuchillo o navaja. (Vers. 2.0)
Por Abel A. Domenech
(Copyright del autor. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.)

En numerosas oportunidades, he recibido consultas sobre la técnica de afilado de cuchillos de hoja fija o plegable (navajas)
Si bien es un poco difícil describir el procedimiento en pocas palabras, y por escrito, requiriéndose mejor de una demostración, intentaré por este medio hacer una aproximación al problema.

Comencemos mencionando el equipo necesario.

Se requiere de una piedra de afilar adecuada, siendo las más indicadas las que poseen dos caras con granos diferentes, una con uno más grueso o mediano, para comenzar a desbastar, y otra de grano fino para finalizar el trabajo.
Hay piedras naturales, como las famosas “Arkansas” o bien hechas por el Hombre, entre las que se cuentan obviamente la de doble faz, pues en la naturaleza es imposible encontrar una de dos granos diferentes. Las tipo “carborundum” son indicadas en este caso.

Hay piedras “al agua” y “al aceite”. No tiene importancia el tipo elegido, pero sí el mantenerlas con la superficie bien mojada todo el tiempo, lo cual se requiere para que las partículas metálicas que se desprenden de la hoja  y los granos que se desprenden de la propia piedra, “floten” en el liquido y no “emboten” la superficie de la piedra, lo cual le hacen perder su capacidad de afilado.
Por ello lo ideal es trabajar en la cocina, sobre la mesada, cerca de la pileta y grifo de agua.

La piedra debe tener un tamaño grande para ser prácticas. Las pequeñas piedritas que suelen acompañar a algunos cuchillos, solo son útiles en una emergencia, o para dar una repasada a campo abierto.
Consiga una piedra de unos 20 cm. x 5 cm. aproximadamente.

La misma debería quedar afirmada sobre la superficie de trabajo donde afilará.
También un pequeño truco, es colocarla sobre un trapo rejilla mojado entre la piedra y la mesada de mármol o granito de la cocina. Esto impide que patine y se deslice la piedra dificultando el trabajo.
Si lo hace sobre una mesa de madera, deberá sostener la piedra firmemente con la mano, para que no cambie  de posición.  ¡Esto es importante!.


Lo importante. EL Secreto!.

El mayor secreto del afilado, consiste en tener paciencia, dedicación, y sobre todo, mantener constante el mismo ángulo de la hoja respecto a la piedra.

Si usted cambia el ángulo, arruina el filo que haya conseguido. Sucesivas pasadas sobre la piedra cambiando el ángulo, hacen que jamás obtenga un afilado adecuado.

Recuerde este pequeño gran secreto!! El Ángulo constante!

El procedimiento

Ubicada la piedra como se aconsejó, y debidamente mojada (el agua o aceite deberá ir agregándose según sea necesario durante todo el procedimiento) puede comenzar a trabajar.

Existen dos “escuelas” de trabajo:
La que pasa la hoja sobre la superficie de la piedra a lo largo de esta, como si estuviese sacando finas rebanadas de ella, y la que la hace pasar realizando círculos sobre ella.
Los norteamericanos favorecen la primera, mientras que en Argentina, se suele observar la segunda metodología.

En cualquiera de los dos casos, lo importante es siempre lo mismo: mantener el mismo ángulo.

Es importante saber cual es el ángulo adecuado.

En mi opinión, para un filo “fino” y delicado, corresponde un ángulo de 15 °

Si el cuchillo es de tipo de monte, sujeto a mayores abusos, puede extenderse a los 20 °

Algunos aconsejan ángulos superiores entre 25 y 30 ° pero esos filos solo servirán para hachar, y no para cortes finos.

Por cierto que en un cuchillo, es sumamente importante el tipo de perfil de hoja que el fabricante le haya brindado inicialmente. Es por ello que algunos cuchillos son fáciles de afilar, y otros nunca tomarán un filo ideal. Pero extenderme sobre este tema escapa a las limitaciones impuestas para este artículo.

Por cierto que, en la facilidad de obtener filo, retenerlo, y volver a obtenerlo con el reafilado, hay muchos otros factores que inciden, junto con el diseño del perfil de la hoja, como es por ejemplo, la aleación del acero utilizado, y el tratamiento térmico y dureza final obtenida. Tampoco me puedo extender aquí sobre estos temas.

Coloque la hoja del cuchillo, en un ángulo e aproximadamente 45 ° respecto del eje mayor de su piedra de afilar. Este será su ángulo de deslizamiento de la hoja sobre la piedra.

Luego haga tocar el filo del cuchillo sobre la superficie de la piedra, y vaya inclinando la hoja, hasta que el ángulo que forma el plano inferior de la hoja y la superficie de la piedra, sea de aproximadamente 15 ° (o el ángulo que usted juzgue mejor de acuerdo a lo antes dicho) Este será el ángulo de inclinación de la hoja.

Comience a deslizar la hoja hacia usted, como si deseara sacar una lonja de piedra, ejerciendo suave presión sobre la piedra.
Luego repita la operación alternativamente en uno y otro sentido, cambiando el plano de la hoja, o sea pasará la hoja de uno  y otro lado alternadamente.
Usted deberá mantener siempre los dos ángulos mencionados: el de deslizamiento, y el de inclinación de la hoja.

Si usted opta por realizar los movimientos circulares, el procedimiento es similar: debe mantener ambos ángulos constantes.

En la zona de la punta, seguramente usted se verá obligado a levantar ligeramente el cabo del cuchillo, para que la zona de filo curvo del extremo de la hoja, pueda mantener el mismo ángulo con el que usted venia trabajando la zona del filo recto de la hoja.
Esto es algo difícil de explicar con palabras, pero lo descubrirá casi intuitivamente al realizar el trabajo.

Conviene trabajar primero con la cara de grano más grueso de su piedra, y luego cuando usted ya advierte que su hoja comienza tener un filo apropiado, pasara a la cara mas fina, donde terminará de pulir ese filo, y darle sus pasadas finales.
Comience su aprendizaje y sus prácticas de afilado, con un cuchillo de cocina común y corriente, antes de pasar a un cuchillo fino de caza, o de cualquier tipo pero de mayor valor.

La Chaira:

Usted habrá visto con qué “cancha” su carnicero favorito pasa la hoja de su cuchillo en forma muy frecuente mientras trabaja (a veces demasiado frecuente, transformándose casi en un vicio o costumbre adquirida). Luego usted se asombra con el filo de sus cuchillos y con la facilidad con que cortan la carne.
La chaira NO sirve para afilar. Solo se emplea para re-establecer un filo muy bueno obtenido previamente con una piedra.  Sin un filo muy bueno, para comenzar, la chaira no sirve de nada.
Si usted posee un cuchillo bien afilado, la chaira es muy útil para ir repasando ese filo de vez en cuando, pero tarde o temprano, deberá volver a reafilar su  cuchillo, con la piedra, mediante el método descripto anteriormente.
Elija preferentemente una chaira lisa. Son las mejores. Las chairas “bravas” o “bastardas”, poseen una superficie con estriado o rugosidad, que aparentemente “afilan” mejor, pero lo que en realidad hacen es sacar micro virutas en el filo, dando una sensación de filo.
Todas las chairas están imantadas en su extremo, para retener allí las pequeñas virutas de acero que se desprenden al repasar la hoja.

Despedida

Como es de imaginar, el afilado es una tarea eminentemente práctica, y es muy difícil describirlo por escrito. He intentado escribir estas instrucciones a titulo de iniciación en el tema únicamente, y para satisfacer las numerosas consultas que recibo al respecto.
Espero, no obstante, que estas líneas sean suficientemente explicativas y útiles.
Un cordial saludo, 

Abel A Domenech
(Copyright del autor. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.)